Recuerdo, que rezaba por que fueras del sexo opuesto al de ahora. También recuerdo que hablaba de que sería una locura otra más. Y recuerdo que no estaban todos de acuerdo, pero que en el fondo, ya nacían dentro de mi unas maripositas por tantas dudan que se me iban creando.
¿Niño o niña?, ¿Color de ojos?, ¿Mucho o poquito pelo?, ¿Blanquito/a o morenito/a?[...]
Muchas preguntas rondaban por mi cabeza.
Y ahora me pregunto, ¿como algo tan pequeño puede invadir la caja de mis recuerdos?
Recuerdo esos primeros meses, en los que me quedaba mirando para una pequeña pero gran barriga iba creciendo, poco a poco y día tras días. Recuerdo como tocaba para que así pudieras sentir que yo estaba y estaría tanto dentro como fuera protegiéndote. Recuerdo que sabía que algo me amarraría a ti de una manera extraña y especial.
Por otro lado, recuerdo que no me gustaba el nombre que propusieron a ponerte. Pero quién me diría que me parece ahora el nombre más bonito de este mundo.
También habían muchas cuestiones
¿Cómo de suave sería tu piel?, ¿Cómo sería el tocarte?, ¿Cómo sería el tacto de tus pequeñas o grandes manos?, ¿Cómo serían tus rasgos?, ¿Te parecerías algo a mi?
Y así, cada día y cada mes se iban creando más preguntas, y nos íbamos informando más de tu vida, la que comenzarías.
Y por fin, resolví todas mis preguntas.
Una pequeña preciosidad.
¿Sabes qué? No pude estar en el momento que más anhelaba, el momento de que abrieras los ojos por primera vez, no pude ver como eras de arrugada nada más salir a conocer al mundo, y por eso odié a toda persona, en esos instantes.
Pero también debes de saber una cosa, pequeña mía... Al mirarte a esos pequeños ojos, y tocar esas arrugaditas, blandas y suaves manos me prendé de ti.
Con eso quiero decir, que me cautivaste no como cualquier bebé, sino de una manera especial. Conseguiste que cada día te quiera proteger, que con solo mirarme puedas hacer que sonría como cualquier niño con su primer juguete. Conseguiste de mi, que en cualquier momento, dé la vida por ti si es necesario.
Pequeña, blanquita, ojos especiales y sonrisa y mirada cautivadora. Nadie podría saber como puedo llegar a sentirme, con un abrazo de una persona tan pequeña. Y como podría sentirme la persona más feliz, con una sonrisa tuya pequeña bicho.
Y, no hay nada más especial que amanecer a tu lado, que me mires, y con un "buenos días enana" me sonrías... y que a partir de ahí empiece la fiesta de la payasa de turno.
Realmente, no sé ni que escribir, porque podría decir tantas cosas que me transmites, podría decir tantas cosas que haces de mi con tan solo 1 año, pero siendo tan espabilada.
Ahora sé lo que es querer vivir para alguien, querer luchar para ver como crece alguien como tú y no querer perderme detalle de ti. Sé lo que es, sonreír por una causa mayor a todo lo que me pudieran dar, y darlo todo, todo, realmente todo por alguien, por muy pequeño que sea.
Y es lo que has conseguido con cada risa, cada lágrima y cada "correr hacia a mí" acompañado de un abrazo.
Por ti daría mi vida y más.
Porque si estás mala, ahí estaré yo para cuidarte.
Si tienes frío ahí estaré yo para darte calor.
Si tienes un mal día, ahí estaré yo para arreglarlo.
Haré que rías llorando, y llores riendo.
Y por si tienes días grises, llevar colores para que las dos juntas, lo llenemos de color.
Para la alegría de mi vida y mi razón de lucha y sustento.
Te quiero, con toda mi alma.